Me casé y viví una vida sin preocupaciones. Mi única queja es que las actividades nocturnas fueron superficiales. Un día, mi cuñado que vivía conmigo me preguntó si estaba satisfecha con la vida nocturna con mi marido y le di permiso a mi cuerpo. Además, también le agrado a mi cuñado. Así comenzó una extraña relación familiar entre mi marido, su hermano y yo...