Hace dos años, Tsukasa Aoi era una niña inocente que fue engañada por mi hermano por su amor y su dinero. Cuando ya no tenía valor, le pateó el trasero y hoy regresó para encontrar a mi hermano con una imagen fuerte y astuta. Ella solo vino a pedirle dinero a mi hermano, pero también me obligó a tener sexo y a ser su esclava para que mi hermano pudiera ver.